Thursday, May 30, 2013

Espacio para el dolor



Desde los síntomas agudos que nacen en la carne herida hasta los vericuetos de la siquis aplastada por la pérdida irrecuperable de las personas amadas, La luz difícil, de Tomás González es una novela  fuerte, sostenida, devastadora, que se aleja del ya manido país en guerra colombiano, para retomar la tradición literaria de la poesía más simple y antigua, la del Eclesiastés y su voz contrariada por la existencia, su eco consciente que se dispersa por la visión de los campos a la espera de la cosecha.

Y así como hoy intuímos que Eclesiastés no es uno solo sino varios, Tomás González, se apodera de las voces de sus personajes y no solo los dibuja sino que los sopla con su aliento y los dispone en una gran ciudad, listos para vivir la tragedia contemporánea como si fuera la clásica, esa que solo la viven personajes esforzados, como lo habría dicho el propio, Aristóteles, en su Poética.

Sí, ellos viven en Nueva York, pero se les ha dado características singulares: el narrador es un pintor, un gran pintor, que además escribe, el hijo, digamos, el protagonista de la historia aparente es un ser bondadoso que se convierte en un mártir atrapado por su cuerpo agonizante, una esposa y madre de belleza incuestionable, a pesar de la edad, que ha forjado un hogar excepcional.

Indiscutible es que en La luz difícil, relato narrado por un anciano,  la distancia con los hechos contados impregna de sabiduría a la voz, siempre atenta a los detalles, a los silencios. Se trata de una novela que se concentra en la mirada; una novela para aprender a ver, a vislumbrar, a observar lo más sencillo y cotidiano con la alegría de haberlo advertido y con la tristeza de la certeza del paso del tiempo. Mientras leía esta novela me puse a pensar en un poema de Efraín Jara, bueno en dos, en realidad. El sollozo por Pedro Jara, pero también Alguien dispone de su muerte.

La luz dificil produce una pena, pero una pena tan poética que es imposible no regodearse con ella. Así, cuando la buena literatura nos sume en estados alterados, es posible que deseemos no volver a abrir otros libros por algún tiempo. Los espacios para el dolor se multiplican como las mounstrosas imágenes que nos devuelven los espejos, y la muerte, es el pleno espacio para la liberación del cuerpo. 



La luz dificil. Tomás González. Editorial Alfaguara.

Wednesday, May 08, 2013

Extrañas en Quito



extrañas, búhos, abogados malos, abogados buenos, casas moradas, caleidoscopios, sexy shops, antrologías, gastronomía, periodismo border, poderes paranormales y una ciudad invibible, imposible pero insuperable, la ópera prima de María Paulina Briones -EXTRAÑAS EN EL PUERTO- (editor cartonero te robo el texto porque me gusta más que el de la contratapa¨.